Érase un pastor que tenía un rebaño. En el monte se aburría mucho. Entonces tuvo una idea:
–¡Que viene el lobo, socorro!– gritó el pastor. Los aldeanos subieron corriendo con armas al monte. Uno de ellos preguntó:
–¿Dónde está el lobo?
–¡Ja, ja, ja, os he gastado una broma!– Se echó a reír. Los aldeanos se fueron muy enfadados.
Al día siguiente les engañó igual y los aldeanos se marcharon muy cabreados.
Más tarde vio verdaderamente a un lobo entre los matorrales. El joven gritó:
–¡Socorro, el lobo se está comiendo a mis ovejas!
Pero los aldeanos no le creyeron y no fueron al monte a ayudarle. El lobo se comió todo el rebaño.
Moraleja: “En boca del mentiroso lo cierto se hace dudoso”; osea, si mientes mucho cuando digas la verdad no te creerán.
Alba
1 comentario
Me ha encantado tu cuento, ahora tenemos que aplicar la moraleja.Un beso, Carla.